La próxima frontera alimenticia: los lácteos producidos en laboratorios
Los alimentos sintéticos han llegado para quedarse. Tal y como predijo Churchill en 1931: “Escaparemos de la absurdez de criar a un pollo entero sólo para comernos su pechuga o sus alas, haremos crecer solamente estas partes de manera separada en un medio apropiado. Los alimentos sintéticos serán empleados en el futuro».
Casi un siglo más tarde esta afirmación que parecía imposible es ya una realidad. Gracias al impulso de la tecnología los alimentos sintéticos han llegado a las estanterías de los supermercados. Sin embargo, el público aún parece reacio a introducir este tipo de alimentos en su dieta. Uno de los principales factores que contribuyen al rechazo de estos productos viene dado por el movimiento que persigue los alimentos genéticamente modificados en busca de opciones más naturales.
Sin embargo, la biología sintética, término con el que se denomina a la creación de nuevos organismos en laboratorios a partir de la unión y reproducción de células sintéticas creadas por ordenador, cuyo ADN se extrae de otros tejidos, es un concepto muy diferente al de los productos genéticamente modificados. Estos últimos no provienen como los anteriores de la reproducción en laboratorios de células de tejido, sino que se trata de la modificación artificial de la secuencia de ADN de un organismo para introducirle características de otro organismo diferente.
La tecnología biosintética se origina con el uso de algas para la creación de biocombustibles. No obstante, estos no constituyen una alternativa energética viable en términos de costes y eficiencia, por lo que las compañías que lo desarrollan han abierto nuevas líneas más rentables: los alimentos biosintéticos. Los más populares han sido las alternativas a la carne tradicional, en gran parte propulsadas por la gran demanda de productos veganos debido a un aumento de la conciencia medioambiental y a la preocupación por el bienestar animal.
Ahora esta innovación llega a otro de los grandes grupos de productos derivados de animales: los lácteos. Perfect Day Inc. Una startup de california ha logrado replicar las proteínas de la leche como la caseína y el suero de manera artificial en laboratorios, para posteriormente mezclarlo con el resto de componentes de la leche: agua, grasa y carbohidratos, obteniendo una bebida líquida.
Teniendo en cuenta que la mayoría de la leche no se consume en su versión líquida sino que se emplea en productos derivados tales como el yogur o el queso, las proteínas de Perfect Day Inc. suponen también el ingrediente idóneo para la fabricación en laboratorios de este tipo de productos.
Entre las numerosas ventajas de los alimentos biosintéticos se encuentra su posible empleo en la lucha contra el hambre y la malnutrición para la creación de bebidas y alimentos híper nutritivos. Otra ventaja de este tipo de productos es que apelan a un amplio público debido a que serían aptos para dietas veganas y vegetarianas, así como para aquellas personas que tengan determinadas intolerancias alimenticias. Además la huella de carbono de este tipo de alimentos es mucho menor que la de los alimentos tradicionales, convirtiéndolos en la alternativa perfecta para la alimentación del futuro.
No obstante, a pesar de las ventajas que presentan estos alimentos, algunos de ellos aún tienen un elevado coste de producción y el gran público se muestra reacio a este tipo de innovación alimentaria, por lo que es necesario llevar a cabo numerosos esfuerzos de concienciación, educación y transparencia con el consumidor para asegurar el éxito de su introducción en el mercado.
Guidance
- Los productos de alimentación sintéticos son una oportunidad de diferenciación para numerosos establecimientos de restauración, para atraer un nuevo público con una oferta única y diferenciada.
- La producción sintética de alimentos puede ser un factor que acabe con los desperdicios alimentarios por motivos logísticos, el progresivo abaratamiento que sufrirá la producción alimenticia sintética permitirá a las naciones “cultivar” su producción alimenticia, evitando problemas de malnutrición debido a la escasez de alimentos y al elevado coste de importación.