La aviación eléctrica despega
2008 fue el año del renacimiento de los vehículos y su entrada en la era electrónica. En 2018 veremos la conversión de los aviones en un medio de trasporte sostenible y ecológico. Esta idea se hizo realidad gracias a la circunnavegación del Solar Impulse 2, que logró dar la vuelta al mundo propulsándose únicamente con energía solar.
Las consecuencias del desarrollo del avión eléctrico:
- Navegación sostenible – El uso de un avión comercial eléctrico eliminaría el consumo de combustible y cortaría las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los aviones, apoyando a la sostenibilidad medioambiental. Los aviones tradicionales generan el 4% de las emisiones a nivel mundial. Mediante la instalación de una fuente de alimentación eléctrica se podrían alcanzar los objetivos de reducción de la contaminación.
- Ventajas para el pasajero – Con el uso de los nuevos aviones el billete se abarataría y el ruido generado por el avión desaparecería. Además, los motores eléctricos son capaces de mantener el rendimiento a altitudes mayores dónde la resistencia del aire es menor, requiriendo menos energía para alcanzar las mismas velocidades.
- Retos del proyecto – Todavía queda un largo camino hasta que podamos ver un avión eléctrico en el cielo. Los retos a los que se enfrenta son varios. Los prototipos testados sólo han transportado un único pasajero en su interior mientras que un vuelo comercial transporta de media 585 pasajeros. Otro desafío consiste en crear un sistema de refrigeración apropiado para la aeronave. Para ello, sería necesario desarrollar nuevos materiales para el sistema de gestión de temperatura que requeriría de sistemas eléctricos superconductores para reducir la resistencia eléctrica del avión. En la actualidad la NASA está desarrollando un proyecto para dar solución a todos los obstáculos con los que se encuentra el avión eléctrico, cómo mejorar la eficiencia y reducir el peso del avión.
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