Noticias Tecnología - Innovación - Ciencia

add ver todas

El plan para crear una ciudad flotante para 10.000 personas

Bjarke Ingels Group (BIG) tiene experiencia en la producción de arquitectura flotante. En colaboración con la organización sin ánimo de lucro Oceanix y el Centro de Ingeniería Oceánica del MIT, han presentado un ambicioso proyecto para una ciudad flotante capaz de soportar una población de hasta 10.000 habitantes. El proyecto, presentado en una reunión de las Naciones Unidad como parte de la Nueva Agenda Urbana de la ONU (ONU-Habitat) surge como respuesta a la creciente preocupación por el aumento del nivel del mar y el cambio climático.

Las características de la propuesta:

  • Según los expertos, el aumento del nivel del mar producido por el cambio climático traerá consecuencias devastadoras para la humanidad – Para el 2050, el 90% de las mayores ciudades del planeta estarán expuestas al aumento del nivel del mar. La gran mayoría de las ciudades costeras se verán afectadas por la erosión y las inundaciones, que destruirán viviendas e infraestructuras, obligando a millones de personas a huir.
  • Aunque simplemente se trata de una propuesta lejos de materializarse, se ha presentado el proyecto concreto de cómo sería la ciudad – Oceanix City contará con plataformas flotantes a lo largo de una superficie de 75 hectáreas. Dichas plataformas, se agruparan de seis en seis creando “pueblos” de hasta 1.650 habitantes. La ciudad contará con 6 de estos pueblos. Los edificios no tendrán más de siete alturas para mantener bajo el centro de gravedad. Además, se fomentaría la agricultura, tanto terrestre como por debajo del nivel del mar (los arrecifes flotantes, las algas, las ostras, los mejillones, las vieiras y las almejas). En la hipotética ciudad, los habitantes se desplazarían mediante vehículos eléctricos.
    Para saber más haz click aquí

NOTICIAS RELACIONADAS

add ver todas

Una startup ayuda a los consumidores a verificar...

En el contexto de la creciente preocupación por la sostenibilidad, una empresa emergente está transformando la manera en que los consumidores visualizan y verifican las alegaciones ecológicas antes de realizar una compra. Provenance, una innovadora empresa británica, facilita la diferenciación de marcas realmente sostenibles mediante distintivos verdes verificables, abordando el problema del «greenwashing» y la credibilidad de las declaraciones de sostenibilidad.La compañía se especializa en verificar de forma independiente las declaraciones de sostenibilidad de las empresas de bienes de consumo envasados (CPG). A través de su plataforma, las marcas pueden integrar en las páginas de productos de sus sitios web una serie de puntos de prueba ecológicos, que los consumidores pueden explorar haciendo clic para ver documentación verificable. Estos puntos incluyen desde la reciclabilidad de los envases y las donaciones a organizaciones benéficas, hasta certificaciones veganas y B Corp.Beneficios para marcas y consumidoresLas marcas y minoristas suelen enfrentar desafíos al intentar hacer declaraciones de sostenibilidad fiables, ya sea por la autenticación de datos o los costes de comercialización. Provenance soluciona estos problemas proporcionando distintivos de página de producto que comunican claramente esta información a los consumidores, aumentando la transparencia y la confianza en las marcas.Por otro lado, para mejorar la

Amazon One permite a los usuarios pagar con la palma de la...

Desde que el contactless ha pasado de ser una tendencia a formar parte de nuestro día a día, las empresas siguen innovando en este aspecto.

Wegmans acelera su transformación digital: una nueva...

Wegmans, reconocida en Estados Unidos por su fuerte conexión con el cliente, está llevando su apuesta por la innovación un paso más allá

El nuevo orden demográfico global

Expertos calculan que en 2064 la población global alcanzará los 9,7 billones de personas. Sin embargo, la tendencia es a que al final del siglo la población de los países se vea muy reducida incluso a la mitad de lo que es actualmente en países como España, Italia o Japón. Esto es una preocupación para los gobiernos de muchos países por las consecuencias que podría implicar en el largo plazo.