El futuro cashless ya está aquí
El dinero en metálico lleva siglos entre nosotros. Tanto es así que su inequívoca traza y simbolismo se encuentra cada vez más embebido en nuestra cultura. Sin embargo, recientemente hemos empezado a apreciar como la moneda de cambio tradicional que constituyen los billetes y monedas está empezando a desaparecer de nuestras vidas. Hace 10 años era impensable salir de casa sin llevar una cartera con dinero encima. Ahora, gracias a avances tecnológicos como los wearables y smartphones, es cada vez más común que las personas salgan a la calle sólo acompañadas de un smartphone o wearable que les permite hacer de manera electrónica todo tipo de transacciones. Este nuevo fenómeno surge del auge que está experimentando la conveniencia en la sociedad, permitiendo al conjunto de individuos abandonar costumbres que llevan siglos arraigadas para dar la bienvenida a la era cashless.
A pesar de la conveniencia que representa poder pagar simplemente a través de un click o escaneando un código con nuestro móvil, el precio que pagamos por esta conveniencia es elevado. El dinero tradicional en metálico asegura a los usuarios unos niveles muy elevados de privacidad, que el pago cashless no permite. Al emplear un medio electrónico de pago en numerosas ocasiones nos vemos obligados a facilitar gran cantidad de información asociada a nuestra persona, desde el email y nuestra dirección hasta nuestro teléfono móvil; dejando de esta manera en la red un rastro de información muy valioso para empresas y gobiernos para analizar el comportamiento de los individuos.
La tendencia es clara, el dinero en metálico está condenado a desparecer, prueba de ello es el bajo uso del mismo que se hace en países como Corea del Sur o Suecia, donde el porcentaje de uso del dinero en metálico en las transacciones es de 14% y 20% respectivamente, según datos del 2018 World Cash Report. Es por ello, que en la actualidad surge la necesidad de identificar en el largo plazo nuevos métodos de pago electrónicos que permitan a aquellos individuos que lo deseen obtener el mismo nivel de privacidad que antaño podían conseguir con métodos de pago tradicionales.
Es en este punto en el que algunos comienzan a ver en Bitcoin una alternativa potente para dar solución a este problema. En la actualidad, para llevar a cabo transferencias monetarias entre individuos, las transacciones son dependientes de un sistema de soporte compuesto por bancos y empresas intermediarias que facilitan las transacciones tanto físicas como electrónicas entre individuos. Sin embargo, con Bitcoin todo este sistema no es necesario, sino que las transferencias se hacen de manera digital directamente entre individuos de manera segura.
Es por ello que en la actualidad Bitcoin se presenta como la alternativa más segura para garantizar el anonimato en las transacciones entre individuos. No obstante, éste no es el único de los múltiples usos y ventajas que presentará Bitcoin en el futuro, por lo que debemos esperar que esta forma de pago que muchos ven como un activo de inversión pueda convertirse en un futuro en la moneda de uso extendido a nivel global.
Guidance
- Bitcoin se espera que sea una moneda de uso extendido por lo que las empresas tendrán que comenzar a crear pasarelas de pago que les permita almacenar Bitcoins, pues son cada vez más las regiones del mundo en las que éste se presenta como una alternativa más.
- La desaparición del dinero en metálico supone también una enorme oportunidad para futuras empresas para reciclar el material que lo componen en la fabricación de componentes electrónicos, como inversión o como piezas de coleccionismo.
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