El ‘derecho a reparar’ y por qué está ganando tracción
Cuando un dispositivo electrónico se rompe de algún modo y necesitas arreglarlo, tienes tres opciones: llevarlo a una oficial para que la propia compañía te lo haga directamente, llevarlo a un centro autorizado para que lo haga alguien con certificación, o que te lo repare alguien sin autorización. En ese último caso se utilizarían piezas que no son originales y perderías la garantía del dispositivo.
En el caso particular de algunas empresas, por ejemplo Apple, la compañía otorga el estatus de ‘Premium Reseller’ a todos aquellas empresas que quieran reparar usando componentes y certificaciones oficiales. Pero, al mismo tiempo, exige un nivel de compromisos que no todas las empresas se pueden permitir. De ahí a que algunas impulsan el llamado «Derecho a Reparar» en los Estados Unidos.
Pero … ¿qué pasa cuando no tienes un Apple Store ni un centro autorizado cerca? Entonces toca enviar el producto a Apple y desprenderte de él durante un tiempo. De ahí que surja este derecho, muy demandado por la sociedad en los últimos años.
El «derecho a reparar» consiste en una serie de leyes que obligarían a las compañías tecnológicas a distribuir piezas oficiales a las empresas independientes. Además, las compañías también tendrían que publicar sus manuales de diagnóstico y servicios. En otras palabras, y volviendo al ejemplo: Apple no tendría más remedio que vender componentes oficiales de sus productos para que cualquier empresa pueda repararlos. Estas leyes se están impulsando en Nebraska, Minnesota, Nueva York, Massachussetts y Kansas por parte de una alianza de empresas de reparación llamada Repair.org.
La idea es que la reparación de dispositivos electrónicos se parezca un poco más a la de la reparación de coches, en la que cualquier taller mecánico puede trabajar con piezas oficiales de las marcas si así lo prefieren. También se busca acabar con la venta de piezas falsificadas mayormente provenientes de Asia: hay muchas empresas que creen comprar componentes oficiales cuando en realidad son falsos.
¿Qué podría pasar con los centros autorizados de venta de piezas oficiales?
Por lo general, cuando montas una tienda, contratas y formas al personal certificándolo oficialmente, pides convertirte en un distribuidor autorizado. Pero las quejas no están ausentes: hay que aceptar ciertos requisitos como tener que usar el mobiliario que ordene la marca que distribuyes, mostrar tu contabilidad a la misma firma siempre que ellos quieran, promocionar sus productos antes que productos y accesorios de otras marcas… y también depende del lugar en el que quieres abrir esa tienda.
El objetivo del «derecho a reparar» es precisamente hacer que las tecnológicas no puedan imponer sus normas si otras compañías quieren dedicarse a reparar productos de la compañía. Pero, en el otro frente, las tecnológicas quieren conservar su nivel de garantías y calidad controlando quién repara sus productos fuera de sus tiendas oficiales y cómo lo hacen. Y por eso los abogados de las tecnológicas ya se han puesto manos a la obra para evitar que estas leyes entren en vigor.
Pero es difícil: en estados tan relevantes como el de Nueva York este tipo de ley se está intentando promover por tercer año consecutivo y en compañías tecnológicas, como Apple, ya trabajaron duro para evitar que se aprueben. De ocurrir, Apple no tendría más remedio que diferenciar entre aquellas reparadoras con las que tiene confianza y las que no.
Guidance
- En Europa, el derecho a reparar es algo que, a priori, permitiría ahorrar un 5% del consumo energético total en toda Europa de aquí al año 2030, y que abre las puertas al derecho a reparar en otros dispositivos como ordenadores o teléfonos inteligentes.
- En el año 2014, una encuesta demostró que el 77% de los ciudadanos prefiere arreglar sus dispositivos antes que comprar unos nuevos. El problema: en estos momentos los consumidores no tienen mucha más opción que aceptar los precios del servicio técnico oficial. En caso contrario, adiós a la garantía.