Ante el aluvión de consumidores que han migrado a la compra online, los retailers se enfrentan al desafío no solo de mejorar el cumplimiento de pedidos, sino también de lograr la rentabilidad en un periodo de tiempo mucho más corto de lo que imaginaban. Las estrategias de tres años se han convertido en estrategias de tres meses. Los expertos en retail comparten ideas sobre cómo la distribución alimentaria puede reorganizar sus operaciones online en respuesta a la pandemia.
1. Pensar en dedicar un lugar específico a la preparación de pedidos
Para la mayoría de los retailers, hasta ahora el impulso del comercio electrónico no ha sido suficiente para justificar una capacidad de preparación de pedidos específica, ya sea a través de una instalación automatizada o una tienda oscura. Pero ahora, tras la pandemia, estamos llegando a unos niveles de volumen a partir de los cuales vale la pena planteárselo.
Los supermercados podían arreglárselas confiando en los empleados de la tienda, que seleccionaban productos para los pedidos online, pero agregar el coste de picking, empaquetado y entrega al inventario que ya está en las estanterías no parece ser una ecuación ganadora. Una buena manera de comenzar, incluso para los retailers más pequeños, es aumentar las operaciones de picking en la tienda con un espacio dedicado a organizar productos y empaquetar pedidos.
2. Experimentar mientras el consumidor sigue receptivo
Para los retailers que se enfrentan a las dificultades asociadas al desarrollo de un e-commerce eficiente, la pandemia ha presentado una oportunidad única para experimentar con nuevos enfoques. Los supermercados se encuentran en un punto en el que pueden probar conceptos y corregir con relativa facilidad si una idea no funciona.
Los clientes son más indulgentes ahora de lo que serán dentro de unas semanas o meses. Reconocen que la situación no tiene precedentes y están siendo muy pacientes con todo lo que no funciona perfectamente durante su experiencia online. En realidad, el mayor riesgo para los supermercados radica en no ajustar sus estrategias lo suficientemente rápido como para mantener el ritmo a medida que los clientes ajustan sus hábitos de compra.
3. Antes de adquirir robots hay que tener una estrategia implementada
El elevado volumen de ventas online ha obligado a los retailers a contratar a miles de trabajadores para recoger y empaquetar pedidos en sus tiendas y almacenes. A largo plazo, saben que necesitan métodos de preparación más rápidos y eficientes. Pero antes de gastar millones en automatización, primero deben tener una estrategia que incorpore proyecciones de crecimiento realistas, objetivos de la tienda, datos de clientes…
Los supermercados deben pensar en términos de soluciones a corto plazo y rentabilidad a largo plazo. Deben enfocarse en los próximos meses en satisfacer la demanda de pedidos y retener a los clientes, incluso si eso significa perder dinero. A largo plazo, necesitan crear un plan para rentabilizar el comercio electrónico y luego, si es necesario, invertir en automatización. En lo que en realidad necesitan invertir es en una estrategia, un software y una solución que les permita tener robots cuando sea apropiado para el negocio.
Fuente: Grocery Dive