Charo Toribio , C84
Nº 254 – FEBRERO 2023
Los combustibles fósiles, con el petróleo a la cabeza, han entrado en declive. Y las alternativas renovables no tienen capacidad técnica para sustituirlos al 100%, como explica en esta entrevista el científico y divulgador Antonio Turiel. Conocemos el panorama actual del reto energético y las soluciones técnicas que propone Turiel, que van acompañadas de transformaciones económicas y sociales.
Charo Toribio: Hace más de 10 años que usted divulga sobre la escasez de combustibles fósiles. ¿En qué punto estamos?
Antonio Turiel: La materia prima energética no renovable que está peor es el uranio. La producción llegó a su máximo en 2016 y hasta 2021 ha caído un 24%. La Agencia Internacional de la Energía habla de una reducción de hasta la cuarta parte de aquí al 2040. Esto compromete la idea de que la energía nuclear sea la energía de transición. Sus partidarios acérrimos dicen que los recursos de uranio del planeta son enormes, pero el problema nunca ha sido cuánto hay sino a qué ritmo se puede extraer, porque está muy disperso y deja de ser rentable extraerlo, como pasa también con el petróleo, el gas o el carbón.
Antonio Turiel, Doctor en Física Teórica, investigador del CSIC y divulgador
Afortunadamente, entre las fuentes no renovables, el uranio solo representa el 4,4% de la energía primaria consumida. El petróleo es la segunda en declive, pero sigue siendo la primera fuente de energía primaria consumida, representando un 33%. La producción de petróleo crudo convencional llegó a su máximo en 2004, hace 18 años, cuando se produjeron 70 millones de barriles diarios. Ahora estamos en los 60 millones de barriles diarios. La caída ya es del 12% y va a continuar. Y contando los petróleos no convencionales (biocombustibles, petróleos extrapesados -que se extraen en Canadá y Venezuela– y el fracking de Estados Unidos) la producción total alcanzó el máximo en 2018 y desde entonces ha caído un 4%. Y seguirá cayendo porque desde 2014 las compañías petroleras ya han reducido su gasto en búsqueda y explotación de yacimientos en más de un 55%. La Agencia Internacional de la Energía prevé una caída de la producción de petróleo convencional y no convencional de entre el 20% y el 50% respecto al máximo para el año 2025, dentro de dos años. Dependerá de si los Estados actúan para contener la debacle.
Esto tiene una derivada muy negativa en el diésel. Su máximo de producción se alcanzó en 2015 y desde 2018 ha caído más del 10%. Falta diésel en el mundo. Ya hay 96 países que tienen problemas de abastecimiento de diésel y de alimentos, provocando revueltas sociales. El presidente de Sudáfrica abandonó la última Cumbre de Davos porque su país estaba al borde de la guerra civil por cortes de luz de 12 horas al día de media. Y también hay cortes de luz en India, China y Japón. Pero de esto, curiosamente, no se habla. Este bloqueo informativo hace que no veamos el problema inmenso que llevará al racionamiento del diésel en la Unión Europea en cuestión de meses o un par de años….
Resumimos algunos de sus mensajes:
“Soy tremendamente optimista. Si pensara que no podemos hacer nada, no dedicaría todos estos esfuerzos a la divulgación, pero sé que técnicamente es posible evitar el desastre”.
“Hay soluciones técnicas a la escasez de materias primas y combustibles, pero requieren transformaciones económicas y sociales”.
“Se está intentando vender que podremos hacer una transición sencilla hacia lo renovable y no es verdad. No hay suficientes materiales para que todo el planeta realice la transición renovable”.
“El hidrógeno verde tiene sentido para usos industriales, para hacer fertilizantes, plásticos, reactivos químicos, generar calor para el vidrio, el ladrillo o el cemento”.
“Hay que comprar los alimentos al precio que valen. Las familias tendrán que destinar más renta a comprar alimentos, lo que implica reducir el resto del consumo”.
“Con la décima parte del consumo actual de energía y materiales per cápita se garantizaría un nivel de vida semejante o mejor, pero con un estilo de vida diferente”.
“La electricidad representa solo el 20% de la energía primaria consumida. Y en la UE y la OCDE el consumo eléctrico cae de forma estructural”.
“En la Agencia Espacial Europea desarrollamos electrónica que no se avería nunca. Se podría aplicar a otros sectores”.