El futuro de los distribuidores físicos de alimentación pasa por la sorpresa y el deleite. Los clientes quieren calidad de especialista, demostrada mediante la narración de historias y la artesanía visible. Quieren inspirarse con productos expuestos con estilo visual, en entornos que sean algo más que espacios meramente funcionales.
La tendencia hacia «grocerant gastronomy» (gastronomía de mercaurante) se acelera y demuestra el deseo de experiencias sociales auténticas que ofrezcan restauración, comunidad y responsabilidad ética.