Cinta Bosch, Responsable de Sostenibilidad de AECOC
Nº 240 SEPTIEMBRE 2021

El gran consumo se prepara para dar una nueva zancada en sostenibilidad. El año que viene entra en vigor la Ley de Residuos y Suelos Contaminados que, entre otros objetivos, exigirá reducir el consumo de plásticos de un solo uso, aumentar la recogida selectiva de residuos y ampliar la implicación y responsabilidad de las compañías en la gestión de sus residuos y en la información y sensibilización al consumidor. Analizamos los objetivos de la nueva ley y su impacto no solo en gran consumo, sino también en horeca o pesca.

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La nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, todavía en fase de tramitación parlamentaria, está previsto que entre en vigor a principios del próximo año. Esta Ley será la primera que se apruebe en España en materia de Economía Circular e integra tres directivas europeas: residuos, envases y residuos de envases y plásticos de un solo uso. Cada país debe transponer estas directivas en su legislación, dentro del marco de la estrategia de descarbonización de la economía y transición hacia la economía circular enmarcadas en el “Pacto Verde” de la Comisión Europea.

Más allá de cumplir con las exigencias europeas, la ley pretende cubrir la necesidad urgente de mejorar la legislación básica ambiental en materia de residuos actual, que data del año 2011, y alinearla con los objetivos de economía circular, para contribuir en la lucha contra el cambio climático y proteger el medio ambiente. Con este propósito, la Ley gira en torno a cinco ejes fundamentales:

  • Nueva fiscalidad verde. Con el objetivo de prevenir la generación de residuos, por un lado, establece un nuevo impuesto que grava la fabricación de envases de plástico no reutilizables, que varía en función de la cantidad de plástico empleada y que excluye al plástico reciclado. Y por otro lado, aplica un impuesto al depósito de residuos en vertederos.
  • Reducción de plásticos de un solo uso. Tomando como referencia los objetivos fijados por la UE, la legislación introduce objetivos concretos de reducción y prevé sustituir el uso de plásticos en aquellos artículos en los que haya alternativa y en caso de que no la haya, exige informar al consumidor sobre el impacto del producto y la gestión de su residuo.
  • Reducción de los residuos alimentarios y pérdidas de alimentos a lo largo de la cadena de producción y suministro. Además de establecer nuevos objetivos de reducción, insta a las compañías a donaro redistribuir los excedentes o mermas para consumo humano o transformarlos en subproductos.
  • Ampliación de la recogida separada de residuos, reforzando y ampliando los sistemas actuales. En el ámbito industrial y comercial será obligatorio separar por tipo de residuo (cartón, plásticos, aceites…) y también se fomentará la recogida de residuos orgánicos en los hogares.
  • Adaptación de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), que obliga a éste a pagar por la gestión de los envases que pone en el mercado. Este pago tiene un gran impacto económico en las compañías.

“Los productores estarán obligados a contribuir a cubrir los costes de gestión y limpieza de los residuos y de las medidas de sensibilización”.

Plásticos de un solo uso

La nueva Ley pone el foco en el uso del plástico en aplicaciones efímeras que no están diseñadas para ser reutilizadas o recicladas. Según estudios realizados por la Comisión Europea, son estos plásticos de un solo uso los que acaban desechados en las playas de la Unión Europea más frecuentemente. De hecho, entre el 80 % y el 85 % de la basura marina medida en las playas es residuo plástico y los artículos de plástico de un solo uso representan el 50 % del total. Con el objetivo de reducir, en la medida de lo posible, el uso de estos plásticos en los próximos años se implementarán las siguientes medidas:

  • Prohibición. Se prohíbe comercializar plásticos de usar y tirar en determinados productos que dispongan de alternativas. Se trata de los bastoncillos de algodón, los cubiertos, los platos, las pajitas, los agitadores de bebidas, los palitos de globos de plástico y determinados tipos de recipientes para alimentos y bebidas de usar y tirar, que deberán estar fabricados al 100% con materiales más sostenibles. Esta Directiva europea entró en vigor el 3 de julio de este año, aunque su transposición en cada país está pendiente de la aprobación de las respectivas leyes, como la Ley de Residuos y Suelos Contaminados que se está tramitando ahora en España.
  • Reducción de consumo. Se establecen objetivos ambiciosos, de más del 50%, de reducción del consumo de vasos para bebidas y recipientes alimentarios para consumo inmediato.
  • Información ambiental. Productos de higiene íntima, toallitas húmedas y vasos de bebidas deberán contener información sobre el modo de eliminación de los residuos, su impacto ambiental y la presencia de plásticos.
  • Ecodiseño. A la hora de diseñar envases de bebidas deberá considerarse el uso de material reciclado y la necesidad de que tapas y tapones queden unidas al envase.
  • Asumir costes ambientales. Los productores estarán obligados a contribuir a cubrir los costes de gestión y limpieza de los residuos y de las medidas de sensibilización. Estas obligaciones se amplían respecto a las ya vigentes y se aplicarán sobre todo a los productores de recipientes alimentarios, envases y envoltorios, recipientes y vasos de bebidas, toallitas húmedas, globos y bolsas de plástico ligeras.
  • Recogida separada. Se determinan objetivos de recogida separada (del 77% en 2025 y del 90% en 2029) para el reciclado de envases de bebidas de hasta 3L de plástico de un solo uso.
  • Sensibilización. Aumentan las medidas de sensibilización de los consumidores.

Obviamente, estas medidas suponen un gran reto para las compañías que deberán aplicar numerosos cambios. Por ello, las empresas del gran consumo llevan ya tiempo trabajando en encontrar alternativas a los plásticos de un solo uso, optando por materiales reutilizables y buscando alternativas más sostenibles y alineadas con la estrategia de economía circular.

El 87,7% de las empresas ha activado estrategias para reducir los plásticos de un solo uso en envases y embalajes, según el 1er Informe de sostenibilidad de AECOC”.

Sectores más afectados

La industria y la distribución de gran consumo son, sin duda, de los más afectados por la nueva legislación, aunque también impacta en otros sectores: la hostelería y restauración, que deberá ofrecer a los consumidores la posibilidad de consumir agua no envasada de forma gratuita; la pesca, porque en sus artes de pesca cuentan con plásticos; el textil, los muebles y enseres y plásticos agrarios, que asumirán obligaciones ligadas a la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP); o el sector del tabaco, sobre todo por los filtros de los cigarrillos, entre otros.

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Las compañías se adaptan

Las compañías están realizando un gran esfuerzo y están destinando importantes inversiones económicas para adaptarse tanto a las demandas de un consumidor cada vez más preocupado por la sostenibilidad como a la legislación en economía circular.

Desde AECOC hemos realizado un informe sobre cómo abordan las compañías del gran consumo la sostenibilidad. Según este informe el 87,7% de las empresas afirma haber activado estrategias para reducir los plásticos de un solo uso en sus envases y embalajes, a través de la reducción del peso de sus envases plásticos, del rediseño o aplicando técnicas para la reutilización. Estas medidas han permitido reducir el uso de plástico en un 22% desde que han empezado a aplicarlas. Además, el 30,5% de las compañías ya emplea plástico reciclado y el 79% tiene previsto aumentar su uso.

Asimismo, el 93% de las compañías han puesto en marcha medidas para la separación y recuperación de residuos y más del 83% medidas para la valorización.

Avanzando en colaboración

La actual legislación básica ambiental sobre residuos, que data de 2011, debía adaptarse a las nuevas exigencias fijadas por Europa en materia de economía circular y que tienen como objetivo la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente. Estos objetivos son ambiciosos y efectivamente la ley requería de una adaptación para integrarlos.

Además de regulación, reducir residuos exige también importantes campañas de sensibilización al consumidor, eslabón clave de la cadena.

En España hemos progresado muchísimo en los últimos años en el impulso de una economía más sostenible, fruto del compromiso de administraciones, consumidores y también de las empresas. Sin duda, ese modelo de colaboración es el que nos permitirá acelerar en la dirección deseada.

 
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CINTA BOSCH
RESPONSABLE DE SOSTENIBILIDAD DE AECOC

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