El futuro del retail: la irrupción de la tecnología
El sector del retail está cambiando desde el diseño de producto hasta el punto de venta, pasando por la cadena de producción, el inventario y la distribución. Esto se debe en gran medida a la combinación que surge entre los profundos cambios que está experimentando la sociedad con la era digital, sumados a la disrupción tecnológica que esta era también ha traído consigo. Para comprender las implicaciones que esto tendrá en la configuración del “nuevo retail” es fundamental comprender cómo están interactuando estos factores en cada una de las fases del proceso de producción.
- El nuevo diseño de producto: la parte más creativa del proceso comienza a verse disrumpida por la entrada de la tecnología en aquello que parecía imposible: el proceso creativo y de diseño. La Inteligencia Artificial (IA) tiene mucho que aportar en este campo. La incorporación al proceso creativo del análisis de big data que la IA es capaz de llevar a cabo, permite a las empresas conocer en gran profundidad las tendencias y gustos del consumidor para ser capaz de anticiparse y predecir las formas y el diseño que estará por venir.
- El nuevo ritmo de las cadenas de producción: este cambio en este área es fruto de la unificación de dos grandes tendencias en la sociedad. Por un lado, los productos ya no cuentan con la durabilidad de antaño debido a la obsolescencia programada que ha llegado para quedarse y que ha impactado tanto en la mentalidad del consumidor, que este ha modificado sus expectativas. Los clientes ya no se preocupan por la corta durabilidad de los productos, se sienten cómodos cambiando más a menudo de productos. Esto se vincula con la segunda gran tendencia: la cultura de la inmediatez, aquello que desean lo quieren de forma inmediata. Esto tiene una gran repercusión en la cadena de producción, que requiere una mayor flexibilidad y un acortamiento de los tiempos de producción para satisfacer la demanda. La herramienta que posibilitará esto será la tecnología de automatización robótica. Esta comienza a estar presente en cada paso del proceso. La automatización se complementará con la adopción en masa de tecnologías de impresión 3D, capaces de dotar de flexibilidad a la cadena de producción, permitiendo una mayor personalización de producto y llevar a cabo un mayor volumen de la producción in-house.
- El inventario y la distribución que están por venir: la nueva cercanía al consumidor que buscan los negocios comporta la necesidad de optimización del inventario y la mejora de los procesos de distribución. La tecnología imperante en estos aspectos es el IoT, que permite mediante sensores otorgar a los objetos una conexión a internet que les permite recabar datos y comunicarse unos con otros facilitando su identificación y localización. La distribución también se verá afectada por la entrada de nuevos modelos de transporte como como pueden ser las cargas compartidas (por ejemplo, vehículos de plataformas de transporte compartido que entregan paquetes en su camino a recoger a un usuario) o con la creciente introducción de vehículos autónomos al proceso de delivery.
- El nuevo punto de venta: la tecnología también actualizará los puntos de venta de diversas maneras. Las más comunes serán la introducción de sistemas de pago automáticos, que eliminen el tiempo de cola hasta el pago o los nuevos displays de producto inteligentes, que buscan la mejora de la experiencia del usuario; o la introducción de las tiendas operadas enteramente por robots sin necesidad de empleados humanos.
El nuevo sector del retail está en proceso de configuración, la tecnología está posibilitando este cambio ofreciendo a las empresas diferentes posibilidades y serán las compañías las que con sus elecciones terminarán decidiendo cómo será el retail del mañana.
Guidance
- La configuración del nuevo retail constituye una oportunidad para las diferentes compañías para posicionarse como proveedores de soluciones tanto tecnológicas como analógicas que contribuyan a la evolución de este sector.
- Existe un peligro inherente en la introducción de tecnología a los distintos procesos que radica en el incremento de costes que supone, unido a la necesidad de incorporación de perfiles técnicos altamente cotizados. Estos dos factores hacen que la incorporación de tecnología deba ser una decisión altamente meditada por las empresas.
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