Con solo una década de vida, Podoactiva se ha convertido en todo un referente mundial en el campo de la podología y la biomecánica, aportando soluciones totalmente personalizadas a pacientes de clínica o a deportistas de élite como los jugadores del Real Madrid o la Selección Española de Fútbol. La empresa cuenta en la actualidad con 150 clínicas, factura cerca de 5 millones de euros y está en un momento clave para su crecimiento y expansión internacional, contando ya con presencia en España, Italia, Portugal y México. Entrevistamos al fundador director general, José Víctor Alfaro, al que la revista Forbes identificó en 2013 como “uno de los 17 talentos nacionales a tener en cuenta”.
Hijo de un agricultor “con pocas tierras” de Tierz (Huesca), José Víctor Alfaro estudia enfermería y con solo 22 años monta una pequeña consulta que le permite entrar en contacto con la podología, un mundo que rápidamente atrae su atención. Consciente de que en el mundo de hoy “es muy difícil tocar muchos palos y hacerlo bien, que incluso ser especialista requiere un gran esfuerzo”, se traslada a Barcelona para profundizar en esta ciencia, compaginando sus estudios con el trabajo en un hospital y sus actuaciones como músico y cantante en una orquesta. Su hermano pequeño pronto sigue sus pasos y juntos montan Podoactiva, una consulta de podología y biomecánica, convencidos de que nuestra salud depende en gran parte de cómo pisamos. Su trabajo y su éxito a lo largo de estos 10 años avalan su teoría. Podoactiva cuenta en la actualidad con 30.000 pacientes, 1.000 de ellos deportistas de élite, siendo además proveedores oficiales de la Real Federación Española de Fútbol, la Real Federación Española de Atletismo, la Real Federación Española de Golf y del Comité Paralímpico Español, entre otros organismos deportivos. En 2015 Podoactiva lanza la marca Younext que diseña y fabrica nuevos tratamientos personalizados basados en el escaneo 3D y la impresión robotizada de espinilleras, inmovilizaciones, máscaras de protección, réplicas anatómicas, cascos de reeducación… La compañía ha recibido numerosos premios y reconocimientos, entre ellos la “Estrella de Oro” del Instituto para la Excelencia Empresarial y el nombramiento como “Pyme más innovadora” en 2015 por el Foro Empresas Innovadoras. Cuesta creer que toda esta innovación y proyectos se gesten en las oficinas centrales de la empresa, ubicadas en el Parque Tecnológico Walqa en Cuarte, un pequeño municipio de la provincia de Huesca.
Rosa Galende: Podoactiva es hoy el referente mundial en podología. ¿Cómo empezó todo?
José Víctor Alfaro: Empezamos hace justo ahora 10 años, desde el cero absoluto, con un taller en el que realizamos una inversión tecnológica de 200 euros; el resto era todo artesanía. El cambio llegó cuando decidimos que había que hacer las cosas de manera diferente: la forma de pasar consulta, realizar los tratamientos, recibir los encargos… La industria automovilística no hace los coches a mano, ni toman las medidas a ojo con un molde de escayola. Miden con láser y fabrican con ayuda de robots.
¿Cómo abordaron ese cambio que comenta?
Como nosotros no teníamos los recursos necesarios para dar ese paso solos, decidimos buscar fuera el talento que nos faltaba. Así nos acercamos a la Universidad de Zaragoza y a otros centros de investigación. Nuestra idea era escanear el pie de una manera concreta. El resultado fue una patente mundial que nos ha permitido llegar al cliente con una propuesta muy diferente a la del resto del sector.
¿En qué se basa esa patente tecnológica que tanta diferenciación aporta a la empresa?
Tenemos varias patentes, pero la más importante es el sistema de escaneado del pie que nos permite obtener una imagen 3D muy real del pie, en lugar de una plana. Pagamos una cantidad enorme por esta patente mundial que de momento solo explotamos en España, Portugal, Italia y México.
Podoactiva es hoy el gran referente nacional e internacional en podología deportiva. ¿Cómo lo han conseguido?
Se dice que nadie es profeta en su tierra, pero como los que tienes cerca no te quieran… Empezamos aportando soluciones a la gente ‘de casa’ y nos ha ido bien. Primero atendimos a los jugadores de la Sociedad Deportiva Huesca, después a los del CAI Zaragoza y el Real Zaragoza. Cuando vimos que nuestro sistema funcionaba levantamos el teléfono y llamamos al Real Madrid, al Atlético de Madrid y a la Selección Española. Les dijimos: “Somos de Huesca, no tenemos ningún contacto en este mundo, pero podemos aportar mejores soluciones que las que tienen y, si nos dejan un jugador para probar, se lo demostraremos”. Así nos convertimos en los podólogos ofi ciales del Real Madrid —que llevo personalmente— y de la Selección Española de Fútbol —que lleva mi hermano Javier—. También los podólogos de Sevilla, Atlético de Madrid y del Betis son de Podoactiva.
La misma marca pero un podólogo diferente para cada equipo. ¿Hasta ese punto se lleva la rivalidad deportiva?
No es un tema de rivalidad, sino de profesionalidad. Se trata de que no se produzca ningún trasvase de información.
¿Qué aporta a la empresa que usted sea el podólogo de deportistas como Ronaldo o David Villa?
Nosotros hemos gastado muy poco en publicidad. La mejor publicidad es que la gente nos relacione con lo que hacemos. Si algunos de los mejores futbolistas del mundo -que tienen acceso a toda la medicina privada del mundo- se tratan aquí, son cosas que se acaban sabiendo. Trabajar para los mejores deportistas del mundo no es mala publicidad… El foco siempre fueron los pacientes de clínica, aunque en la actualidad atendemos también a más de mil deportistas de élite de cualquier disciplina. Tratar a estos deportistas nos da gran visibilidad y a la vez eleva el nivel de exigencia. Si somos capaces de solucionar el problema a deportistas de élite, sensibles a cualquier ligero cambio en su apoyo, podemos extrapolar ese know-how para ser cada vez más precisos para benefi cio de nuestros pacientes de clínica. Si una rueda funciona en un Fórmula 1 es difícil que en mi coche se reviente. Y lo nuestro no es vender plantillas, sino el proceso entero: el estudio, el escáner, la plantilla, el diseño, la prueba, 3 revisiones el primer año y, si todo está bien, hacemos revisiones una vez al año. Si va mal se repite todo sin coste adicional para el paciente.
Con este planteamiento de inicio, entiendo que el boca a oreja habrá sido la mejor publicidad…
El 80% viene por recomendación de otro paciente. Al fi nal cuando un paciente, sea deportista o no, está contento, se mantiene fi el y acaba enviándonos a otros. Algunos futbolistas de equipos con los que hemos trabajado, como José Callejón —que está en Italia— o David Villa —que está en Estados Unidos— siguen confi ando en nosotros y nos envían a compañeros suyos desde los lugares más remotos. Hace poco ha venido un futbolista francés que juega en Shanghái, porque considera que centro más puntero del mundo para hacer las plantillas a los futbolistas está aquí, en Huesca,
un lugar que no sabe situar en el mapa.
¿Qué importancia tiene el precio en el modelo de negocio de Podoactiva?
Seguramente no somos los más baratos del mercado, pero intentamos que el precio sea razonable. En todo caso, no creo que el precio sea el factor decisivo para nuestros clientes. Lo importante es la seguridad de que se dé solución a su problema. Al fi nal el producto le va a costar entre 150 y 250 euros, y con ese margen de precio lo importante de verdad es que le soluciones su problema de salud. Es una cuestión de confi anza.
¿Cuál es la dimensión actual de la empresa?
Nuestro proyecto ha crecido en volumen alrededor del 20% anual en estos 10 años, facturando en la actualidad cerca de los 5 millones de euros. Y esperamos un crecimiento similar este año. Además de en España tenemos clínicas en Italia, Portugal y México. En total tenemos más de 150 clínicas Centros de Élite Podoactiva.
Crecer un 20% anual debe ser un gran reto para una compañía que pone el foco en la personalización de la solución, que por tanto no tiene muchas economías de escala.
Cierto. Si hay más pacientes, hay que abrir más clínicas, contratar más podólogos, tener más gente diseñando y fabricando. Y el tiempo de hacer la primera plantilla y la número 1.000 es el mismo, por tanto no hay economías de escala. Tenemos que poner el foco en que el resultado sea excelente que el paciente este satisfecho. Es una cuestión de confi anza.
¿Cómo están abordando el crecimiento?
En este momento nuestra prioridad es abrir fuera de España con cierta rapidez, ya que nos quedan todavía bastantes años de patente, pero hay que correr. Al principio, como no teníamos dinero, empezamos abriendo unidades hospitalarias dentro de centros de referencia. Estamos en un centenar de hospitales y clínicas por todo el país. En estos casos nuestra marca está dentro de la casa de otro, pero no somos una marca blanca. Tampoco fabricamos para nadie. Queremos dar la cara; que la gente sepa quiénes son los responsables de su atención.
¿Han tenido que decir “no” a alguien?
Al principio nunca decíamos “no”, y pagamos un peaje alto por ello. Firmamos contratos que no debíamos haber firmado y eso nos ha ocasionado problemas que hemos tenido que resolver costosamente. Nuestro objetivo hoy es mantener los espacios Podoactiva en los centros hospitalarios de referencia y abrir clínicas a pie de calle en todas las ciudades importantes, en vías céntricas como la Diagonal en Barcelona o Capitan Haya en Madrid, porque vemos que cuánto más salimos a la calle más se nos conoce y valora.
¿Se trata de centros propios o franquiciados?
Propios o con la participación de algún socio. Pero el modelo de gestión es nuestro. No queremos un partner que cambie la filosofía. Esto no es una franquicia ni lo va a ser, por convencimiento personal. En el sector de la salud las franquicias no nos gustan. Mira cómo acabó Corporación Dermoestética. Si franquiciáramos, posiblemente ganaríamos mucho dinero pero acabaríamos desapareciendo. Empezarían a decir: “¿Cómo que tres revisiones al año? Es un dineral. Haremos una”. “¿Cómo que se repite la plantilla si no va bien? En ninguna ortopedia del país pasa eso. Fuera”. No sé si somos soñadores, pero vamos a seguir en esta línea porque estamos convencidos de que tenemos mucho potencial. Nuestro objetivo no es hacernos ricos, sino seguir creciendo. Hemos tardado 10 años en construir el enfoque que creemos es el bueno y queremos mantenerlo.
Crecer tan deprisa como lo está haciendo Podoactiva requiere de un sistema bien engrasado y también financiación…
Mi hermano Javier se encarga de la formación de podólogos y de toda la parte técnica de Podoactiva y Miguel, nuestro director gerente, se encarga de ir montando equipo y de asentar con cimientos fuertes el día a día. Somos conscientes de que, si crecemos en centros, la estructura central tiene que crecer. Nunca hemos captado capital externo hasta ahora, porque no era necesario ni bueno. Hubiéramos hecho una mala operación. Cuando eres pequeño y alguien te compra por tu cuenta de resultados, está comprando muy bien para él y muy mal para ti, porque la cuenta de resultados lo refleja el esfuerzo, no la potencialidad. Ahora estamos en buena situación para que pueda entrar capital en una parte pequeña de la compañía que ayude a darle pulmón. Sabemos que podemos multiplicarnos por mucho, pero no vamos a hacer ninguna locura. No porque venga alguien con dinero va a coger las riendas del barco y va a empezar a hacer lo que quiera. Trabajamos con confi anza y si nos cargamos la confi anza la compañía se acaba. Lo que nos funcionó cuando teníamos 20 m2 de consulta y ningún recurso nos tiene que seguir haciendo crecer ahora.
¿Cómo se consigue implementar la misma forma de hacer en todos los centros Podoactiva?
Todos nuestros podólogos pasan por un periodo formativo para que adquieran nuestra cultura de empresa y entiendan que lo que nos ha permitido crecer tanto en tan poco tiempo ha sido dedicarnos totalmente a nuestros pacientes. Y esta es nuestra principal preocupación. Las cuentas de la empresa podrían ser mejores si nuestra intención fuera venderla. Pero ese no es el caso. Lo que queremos es dedicar recursos a la innovación, que nuestras clínicas estén dotadas de la mejor tecnología y nuestros pacientes reciban la mejor atención. Y con esta fi losofía como guía, mal no nos ha ido.
La personalización y la innovación tecnológica juegan un papel importante en Podoactiva.
Dentro de nuestro micromundo, que es el de las plantillas, seguimos apoyándonos en la tecnología para aportar soluciones especializadas a los jugadores de fútbol, golf, baloncesto, esquí… o para un paciente mayor con diabetes, para las que quieren llevar tacón, etc. Solo tenemos un producto genérico: nuestras cremas. En cosmética se invierte mucho en marketing y poco en el producto. Nosotros invertimos todo en el producto: 7 veces más que las cremas que habitualmente se venden en farmacia. Esto hace que el canal habitual de venta (la farmacia) no sea el que estamos usando. Las cremas se venden exclusivamente en nuestras clínicas o a través de nuestra tienda online.
¿Por dónde va el futuro de Podoactiva?
Nuestro negocio principal es Podoactiva —clínicas podológicas especializadas— pero en la actualidad la mitad de nuestro personal no son podólogos, sino ingenieros, físicos… Gracias a ese talento hemos creado una empresa gemela, Younext Healthcare, que trata de aplicar la fi losofía de Podoactiva al resto del cuerpo. Se trata, por tanto, de mejorar la calidad de vida de las personas aplicando escaneado 3D y diseño de soluciones personalizadas. Hacemos protecciones para deportistas como máscaras, espinilleras, bio-réplicas para planificar una cirugía… En todo caso, de cara al futuro lo que más nos preocupa es la gestión del conocimiento (disponer de experiencia y datos de calidad). Que todos los pacientes que vemos, nos dejen algo de conocimiento. Buscamos que el sistema sea cada vez más un asistente válido para el profesional. Cuando tengamos 5 millones de clientes, nadie en el planeta sabrá tanto de pies como nosotros. Trabajamos de una manera muy protocolizada. Un sistema de información si no está protocolizado, no sirve para nada. Estamos trabajando en un importante proyecto de I+D desde hace dos años que va a hacer que nuestras plantillas a partir del año que viene sean todavía muchísimo más diferenciales y aporten más valor a nuestros pacientes.
¿Cuál ha sido el referente a la hora de construir su visión de empresa?
No hemos tenido referente. Este sector no se ha caracterizado precisamente por la innovación. Esa ha sido nuestra gran oportunidad. Y tampoco hay nadie que esté hoy a nuestro nivel. En lo nuestro somos la empresa más tecnológica del planeta. El futuro no está en hacer piezas de escayola a ojo, eso seguro, aunque en Estados Unidos el 90% de las plantillas se sigue haciendo de manera totalmente artesanal. Pero el podólogo americano es como un traumatólogo de aquí. Donde gana el dinero y focaliza su saber es en cirugía. Son buenos operando y no han prestado mucha atención al mundo de la biomecánica y las plantillas, trabajando con plantillas genéricas en muchas ocasiones o personalizando con poca tecnología y precisión. Estoy seguro de que allí nuestra compañía puede tener un grandísimo desarrollo porque podemos demostrarles que cuando se trabaja con la
sufi ciente precisión, los resultados son muy buenos.
¿Tanto impacto tiene la forma de pisar en nuestra salud?
La forma de pisar es mucho más trascendente de lo que la gente piensa. Si tu pie apoya mal, tu rodilla, tu cadera o tu columna estarán mal. La mitad de nuestros pacientes no tienen un problema en el pie. Lo que le pasa a un futbolista en la rodilla tiene relación directa con su forma de apoyar. Quizás no sea la única causa, pero tiene una relación directa. La clave en nuestro caso está en realizar un buen diagnóstico y proponer un tratamiento que no esté hecho a ojo, sino basado en la tecnología. Aportamos precisión, mejores resultados y plazos más cortos que nuestra competencia. Y,
en base al conocimiento acumulado, aplicando inteligencia artifi cial, tratamos de prevenir futuras lesiones. Si sabemos que determinada forma de pisar en un deportista acaba generando una lesión, podemos actuar para evitarlo, alargando su vida deportiva y mejorando su rendimiento.
Sorprende encontrarse con una empresa tan innovadora y exitosa en un espacio en el que también compiten marcas internacionales.
Si hemos tenido éxito ha sido por priorizar la parte clínica: sabemos qué buscamos y cómo interpretarlo. Y pretendemos crecer con nuestra marca. No vamos a comercializar con los datos, porque al final perderíamos nuestro ADN. Esto es lo que nos ha permitido que una multinacional no nos haya sacado ya del mercado: les ganamos porque somos mejores aportando soluciones personalizadas. Y la personalización nos defi ende también frente a las copias. Hacemos 30.000 modelos al año, ¿cuál me quieres copiar? Un chino podrá hacer 30.000 copias de un modelo, que a ti te irán bien pero al de al lado le causarán una lesión, porque no hay plantillas neutras. Cualquier cosa que nos pongamos debajo del pie tiene su impacto en nuestra salud. Todos entendemos que las gafas graduadas son personales e intransferibles; pues igual las plantillas. La personalización es el aspecto más importante para nosotros. Por eso Younext sigue la misma fi losofía. Todo personalizado.
¿De dónde le viene a usted la inquietud por emprender?
Mi padre, que era un agricultor con poca tierra, siempre obtenía la mejor cosecha porque estudiaba. Tenía una gran biblioteca con libros de agricultura y sabía más de reacciones químicas que muchos ingenieros agrarios. De él aprendí que todo se puede mejorar. Y que eso requiere esfuerzo y que te apasione lo que haces. Es muy difícil llegar a ser bueno en algo que no te apasiona. También es importante encontrar por el camino un equipo de gente que viva tu pasión con similar intensidad.
¿Imaginaba hace 10 años la empresa que tiene hoy?
Los sueños son muy importantes: si no lo imaginas, nunca vas a conseguirlo. Sabíamos que se podían hacer las cosas mucho mejor de cómo se hacían y queríamos trabajar con deportistas. Quizás no nos imaginábamos estando a pie de campo en la Champions, pero queríamos progresar en lo nuestro, y el campo de mejora era alto porque en aquel momento todo el mundo estaba haciendo moldes de escayola. Nosotros introdujimos una nueva forma de entender esta profesión, conjugando conocimiento clínico con tecnología. Hoy tenemos el equipo, la tecnología, la imagen, los clientes, la confi anza de un montón de gente… y eso nos da velocidad de crucero. Seguimos imaginando cosas sin parar, pero ahora tenemos un equipo de ingenieros que las analiza y las hace. Hoy los cimientos son sólidos, por lo que estamos en un momento excelente para crecer.
Empezando con 200 euros, habrán sido muchas las dificultades a superar hasta llegar hasta el momento actual.
Hoy hay una gran burbuja en torno al emprendimiento. Hablas con gente que te dice: “Tengo una gran idea pero no puedo llevarla adelante por falta de fi nanciación”. Pero, ¿cuánto necesitas? “Dos millones”. Pues ese es un disparate tan grande como sacarte el carnet de conducir para un Fórmula 1. Lo más normal es que te mates. Las cosas se pueden hacer “de a pocos”, como dice siempre el Mago More. Pruebas en pequeño y te equivocas en pequeño. Nosotros empezamos con pocos medios, en una consulta de 20 m2 y pacientes que se iban muy contentos porque poníamos pasión en lo que hacíamos. De hecho, ahora que tenemos la tecnología, siempre decimos que no podemos perder la magia de la atención personal, que es imprescindible en todo negocio, máxime si lo que tenemos entre manos es la salud. La tecnología ayuda, pero lo que más diferenciación aporta de verdad es el trato personal. Porque nosotros no vendemos plantillas, vendemos la solución para un problema. Y el cliente pagará unas plantillas, aunque para encontrar las idóneas para él tengamos que hacer cinco modelos diferentes. Este es nuestro compromiso, que firmamos y damos por escrito. Nuestro cliente sabe que haremos lo que haya que hacer para encontrar la solución a su problema.
Para concluir, ¿cuán lejos sigues estando de tu sueño?
Quiero creer que todavía me quedan muchos sueños por conseguir. A nivel personal me encuentro en un momento excepcional, disfrutando de un trabajo que me apasiona y de una familia increíble que me apoya. Para mí siempre ha sido muy importante contar con el apoyo de mi mujer y ahora de mis tres pequeños (Lydia, Jorge y Víctor). La única parte negativa de todo lo que he vivido son las horas que pierdes de estar con tu gente ya que un proyecto como este que ha comenzado de cero, necesita prácticamente toda tu energía. Estoy convencido de que queda mucho por hacer y de que casi todo está por inventar. Cada tecnología que sale vuelve a abrir otra vez el melón. ¡La impresión en 3D va a ser la leche! Pero es que hay muchas tecnologías nuevas que van a ser la leche. No obstante, en mi opinión, el futuro va a venir más por el conocimiento que por la tecnología.
De momento tanto mi hermano como yo (y nuestro equipo directo) seguimos teniendo la misma ilusión que el primer día y vamos a seguir luchando por hacer crecer este proyecto hasta donde seamos capaces.