Por Gabriel Torres Pascual, Director de Innovación en Calidad PascualLos últimos años están viendo el auge de tecnologías novedosas y punteras en el desarrollo de alimentos. Por un lado tenemos toda la creciente demanda de productos de origen vegetal, y por el otro, el desarrollo de tecnologías que permiten la producción de proteínas y otros nutrientes a partir de microorganismos, como levaduras, mediante técnicas de fermentación de precisión. Estas técnicas se están utilizando cada vez más para desarrollar proteínas lácteas, y este sector está en ebullición, como deja patente el que la inversión en alternativas lácteas se haya triplicado en 2021 con respecto al año anterior, pasando a representar 605millones de dólares (según datos de Dealroom).Hoy más que nunca, el contexto socioeconómico global actual pone de manifiesto los retos presentes y futuros que la industria agroalimentaria tiene que afrontar. Entre ellos, ser capaces de desarrollar y aplicar modelos sostenibles y eficientes de producción de alimentos que permitan alimentar a una población mundial creciente, que ya sólo en este mes de noviembre ha alcanzado los 8.000 millones de personas.Podremos desarrollar nutrientes que sean capaces de ser todavía más funcionales, y de resolver problemas específicos, como las alergias a ciertos ingredientes que tienen